“Aunque perdiera mi vida,
no sería en vano,
si por lo menos uno de los que ayudé,
se convirtiera en sacerdote”.
(P. Titus Zeman, Summarium Documentorum, Doc. 28)

“Fue santo y murió como mártir”.
(Summarium Testium, Test. XVI, § 322)

Titus Zeman nació el 4 de enero 1915 en Vajnory, cerca de Bratislava: es el primero de diez hijos. Cuando tenía 10 años, después de una infancia marcada con problemas de salud, fue repentinamente curado con la intercesión de Nuestra Señora de los Dolores. Ese día Titus le prometió, en el secreto de su corazón, que sería “su hijo para siempre”, dando a esa expresión una firme resolución de ser consagrado. Al santuario nacional, el cual es dedicado a ella, llegaron los hijos de Don Bosco, no mucho antes, en el año 1924. Titus decidió hacerse un sacerdote salesiano. Por dos años resistió la oposición de su familia (demasiado pobre para poder pagar sus estudios), también del párroco local y también el director de la misma casa de salesianos en Šaštín, P. Jozef Bokor, quien lo consideraba muy joven, le preguntó a Titus: “Aquí no tenemos ningunos tan pequeños como tú. Qué haremos cuando llorarás y querrás regresar con tu mamá?“. Pero eso no confundió a Titus: respondió que su mamá sería Nuestra Señora de los Dolores y convenció al P. Bokor con estas palabras: “Haga lo que quiera, pero aceptéme aquí”. Fue imposible hacerlo cambiar de opinión. A la familia Titus le dijo: “Si muero, usarían el dinero para mi funeral. Por favor, úsenlo para mis estudios”. La familia entonces vendió un pequeño campo, además ayudaron algunos benefactores y apoyaron a Titus durante los años de estudios.

Entró al noviciado en el año 1931, profesaba los primeros votos el 6 de agosto 1932 y los votos solemnes el 7 de marzo 1938. Estudió teología en Italia, tanto en Roma como en Chieri cerca de Turín. Recibió el sacramento de orden sacerdotal el 23 de junio 1940 en Turín y cuando regresó a la patria, los superiores le pidieron que estudiara química y ciencias. Después enseñaba en diferentes instiutos salesianos, mientras que en la pastoral apoyaba el clero diocesano y también era capellán de una congregación religiosa femenina. Hombre de fuerte voluntad, salud firme, carácter humilde y discreto, alegre, capaz de crear relaciones firmes de cooperación y amistad.

Pero el padre Titus Zeman es principalmente salesiano sacerdote. Y por esto, cuando en el año 1946, después del drama de la segunda guerra mundial y en duros años de la transición que siguieron, la fuerza comunista que ya tomaba raíces en la patria requería la eliminación de las cruces de las clases en las escuelas, Titus, como un profesor en Trnava, rehusó con algunos otros: pagó por eso con el despido, pero recibía cartas y tarjetas postales de felicitaciones por defender la cruz de Cristo. Unos años después destacó con la misma disposición. En Eslovaquia, cada vez más controlada por el régimen comunista, dónde la Iglesia fue duramente perseguida: encarcelamiento forzado de los monjes en los monasterios de concentración, pleitos construidos, principalmente con obispos, separación de los monjes jóvenes de sus superiores… Titus Zeman se hace responsable, con otros a los que pertenece el padre Ernest Macák, por un acto valiente, salvación de las vocaciones. El P. Ernest se quedó en Eslovaquia, para ayudar a los que se quedaron, recibía la renovación de los votos religiosos, animaba a los jóvenes y no permitió que la esperanza les fuera robada. El P. Titus ha pasado en secreto, tantos como fue posible, por el río Morava y Austria a Italia, para que puedan acabar sus estudios de teología y recibir el sacramento del orden sacerdotal. La idea era prepararles para volver a la patria al momento de la caída del régimen comunista.

Así Titus organizó tres pasajes: uno entre agosto y septiembre de 1950; otro en octubre de 1950; y el último en abril de 1951. En ese tiempo la actividad para salvar las vocaciones salesianas creció en un canal por el que trató de salvar también los sacerdotes diocesanos perseguidos. Después de ser alentado a este acto por el Rector Mayor de salesianos, don Pietro Ricaldone, a quién encontró en Turín, y después de superar un momento difícil de prueba personal de “noche oscura” en enero 1951 en Linz, dónde esperó para condiciones convenientes para regresar a la patria, fue Titus Zeman, junto con muchos otros, detenido en abril 1951. Las acusaciones fueron: espionaje y alta traición. El acusador pidió para él la pena capital. Pero la reputación de Titus y la voluntad del régimen de “no crear mártires” llevaron el cambio del juicio para 25 años de encarcelamiento duro sin condiciones, perdiendo los derechos civiles. Por trece años Titus soportó la cárcel, fue gravemente torturado, burlado, despreciado. Bratislava, Leopoldov, Ilava, Mírov, Valdice y Jáchymov con su terrible “Torre de muerte“, dónde fue fijado para deshechar manualmente el urano radioactivo, eso fueron los lugares del calvario de Titus Zeman.
Su destino está cruzado con testimonios de fe de muchos otros: beata hermana Zdenka Schelingová, siervo de Dios Michal Buzalka, Ján Chryzostom Korec – después cardenal, P. Alfonz Paulen, P. Ernest Macák (murió en el año 2016 con olor a santidad).
Titus no luchó más que ellos: pero con ellos y a su lado, de la manera específica que fue necesaria.
En el año 1964 la régimen liberó Titus condicionalmente, pero él siguió tormentado, seguido y al final tratado como una persona experimental. Murió el 8 de enero de 1969. Unos meses después, al revisar el juicio habían caído como mentirosas las acusaciones deshonradas, que sirvieron al régimen como instrumentos para la persecución. En el año 1991 fue proclamado inocente, y también algunos de sus persecutores en el fin de sus vidas convirtieron y se acercaron a la Iglesia, aún pidieron (en algunos casos también en público) perdón del mal que le habían hecho.

Hoy la Iglesia lee la vida de Titus Zeman en nociones de martirio: el testimonio más alto, regalado de amor para defender la fe. Su muerte fue causada por actos violentos del perseguidor, de odiar a la fe, que claramente conducieron al acortamiento de su vida.

En el año 2010 empezó el proceso de beatificación y santificación de Titus Zeman. El papa Francisco el 24 de febrero del 2017 aprobó el decreto de su martirio dando paso a su beatificación.

Titus Zeman fue declarado beato el 30 de Septiembre 2017 en Bratislava.